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Pix en Brasil: la inspiración detrás de Bre-B

Cobre
September 5, 2025
4 min de lectura
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Pix es el sistema de pagos instantáneos lanzado por el Banco Central de Brasil en noviembre de 2020. A diferencia de las transferencias tradicionales que podían demorar horas o días, Pix permite enviar y recibir dinero en segundos, 24/7, de forma gratuita para personas naturales. Está integrado a más de 700 instituciones (incluidos bancos y fintech) y funciona mediante claves asociadas a cuentas (teléfono, correo, etc.) o códigos QR, lo que facilita su uso tanto en pagos en línea como en comercios físicos. 

Su rapidez, disponibilidad continua y costo cero para el usuario han sido claves para su adopción masiva en Brasil, revolucionando la manera en que los brasileños manejan su dinero. De hecho, según The Paypers, en pocos años Pix “logró digitalizar millones de transacciones que antes se pagaban en efectivo” y sentó las bases para nuevas soluciones financieras, convirtiéndose en un referente mundial de pagos en tiempo real.

En términos de transformación, Pix propició un cambio cultural en los pagos cotidianos brasileños. Hoy es común en Brasil dividir la cuenta de una cena, pagar el alquiler o comprar en tiendas simplemente escaneando un código QR o usando el celular, transacciones que antes se hacían con efectivo o tarjetas. 

El Banco Central de Brasil confirmó en 2024 que Pix se consolidó como el método de pago más usado en el país, por encima del efectivo. Esta innovación ha impulsado la inclusión financiera al incorporar a millones de personas al sistema de pagos digital, reduciendo la dependencia del efectivo y fomentando la competencia en la industria de pagos. 

El éxito de Pix en cifras: usuarios, transacciones e impacto

Porcentaje de personas que utilizan Pix vs. efectivo en Brasil (2021 vs 2024). En 2024 Pix superó al efectivo como medio de pago más frecuenteancora1.comancora1.com.

Los números detrás de Pix reflejan su impresionante éxito. En menos de cuatro años logró una adopción casi universal en Brasil: más del 90% de los adultos utilizan Pix, lo que equivale a más de 160 millones de personas realizando transacciones instantáneas. 

Según una encuesta del propio Banco Central, la proporción de brasileños que usan efectivo cayó de 83,6% en 2021 a apenas 46,1% en 2024, mientras que el uso de Pix saltó de 46,1% a 76,4% en el mismo periodo. 

Pix no solo es usado ya por más personas que el efectivo, sino que es el método de pago más frecuente para casi la mitad de los encuestados. En otras palabras, en pocos años Pix pasó de cero a volverse el rey de los pagos en Brasil, desplazando al billete como forma de transacción cotidiana.

El volumen de operaciones también evidencia su éxito. Acumulado desde su lanzamiento, Pix había gestionado más de 121.500 millones de transacciones hasta finales de 2024. Este volumen astronómico de movimientos ha consolidado a Pix como un elemento indispensable para promover la inclusión financiera y la transformación digital de los pagos en Brasil, impulsando la formalización de la economía.

El impacto se siente en varias dimensiones:

  • Menos uso de efectivo: La disponibilidad de pagos digitales inmediatos hizo que los retiros de efectivo disminuyeran ~27% solo en 2023. Cada vez más transacciones que antes se hacían en efectivo ahora se realizan vía Pix, desde pagar un taxi hasta las compras menores, reduciendo el dinero físico en circulación.

  • Competencia con tarjetas: Pix también ha empezado a reemplazar a las tarjetas en muchos casos. En comercio electrónico, por ejemplo, la proporción de pedidos pagados con Pix pasó de casi cero a un 33% de todas las compras online a fines de 2023, ganando 22 puntos de cuota en dos años. En consecuencia, la participación de las tarjetas de crédito en e-commerce cayó a 51%. En el total de la economía, el valor transado vía Pix ya supera en ~23% al combinado de tarjetas de crédito y débito. Esto indica que muchos consumidores prefieren usar Pix en lugar de sus tarjetas cuando es posible, obligando a la industria tradicional de pagos a reaccionar. 
  • Inclusión financiera: Al facilitar transacciones digitales gratuitas, Pix ha incorporado a poblaciones antes excluidas del sistema financiero. Cualquier persona con un teléfono móvil y una cuenta (bancaria o de billetera digital) puede usar Pix, lo cual democratizó el acceso a pagos electrónicos. Hoy más de 155 millones de brasileños (95% de los adultos) usan este servicio, muchos de los cuales antes dependían solo del efectivo. 

Esto significa más personas dentro del circuito financiero formal, con historial de pagos y acceso potencial a otros servicios (crédito, seguros, etc.). El Banco Central de Brasil destaca que Pix se ha consolidado como una herramienta de inclusión: permitió llevar pagos digitales a rincones y sectores donde el efectivo reinaba. Por ejemplo, pequeños comercios ambulantes o vendedores informales ahora aceptan Pix; familias de bajos ingresos pueden recibir ayudas o remesas por esta vía sin costos; emprendedores jóvenes optan por Pix antes que manejar efectivo. Todo ello contribuye a la bancarización y al alcance de la economía formal.

Con decenas de miles de millones de transacciones anuales, un crecimiento exponencial y una adopción impresionante de la ciudadanía, Pix ha logrado en Brasil lo que pocos imaginaron en tan poco tiempo: un cambio estructural en los hábitos de pago, haciendo que el dinero electrónico instantáneo supere al papel moneda, y sentando un precedente que inspira a otros países de la región.

Lecciones aprendidas de Pix: aspectos técnicos y regulatorios

La implementación de Pix en Brasil ofrece valiosas lecciones, tanto técnicas como regulatorias, para cualquier país que busque replicar su éxito. A continuación, algunos aprendizajes clave:

  • Infraestructura centralizada y interoperable: Un factor crítico fue el diseño técnico centralizado por el Banco Central. Pix opera sobre una plataforma única administrada por el BCB que liquida las transacciones en tiempo real entre entidades. Esta arquitectura garantiza la interoperabilidad absoluta: cualquier banco, fintech o billetera conectada puede enviar dinero a cualquier otra al instante. En Brasil, el BCB no dejó la tarea solo al mercado, sino que construyó el “rail” central (SPI) y un Directorio de alias (DICT) donde se registran las chaves o claves Pix (como el número de celular, CPF, email) vinculadas a las cuentas. 

Esto simplificó enormemente la experiencia de usuario, ya que permitió que enviar dinero fuera  tan fácil como seleccionar el contacto telefónico del destinatario, y evitó fricciones entre sistemas distintos. 

De la misma manera, en Colombia, por ejemplo, Bre-B adoptará un Directorio Centralizado de Llaves (DICE) similar para mapear teléfonos, cédulas o correos a cuentas bancarias, y un mecanismo de liquidación (MOL) 24/7 administrado por el Banco de la República.

  • Adopción universal impulsada por regulación: El éxito de Pix no fue casual, sino resultado de decisiones regulatorias firmes. El Banco Central de Brasil obligó a los bancos principales a integrarse a Pix y les prohibió cobrar comisiones a los usuarios por las transferencias instantáneas. La gratuidad incentivó a la población a probar Pix sin temor a recargos, y la obligatoriedad aseguró que prácticamente cualquier cuenta en el país pudiera enviar/recibir via Pix. 

La lección es clara: para alcanzar masa crítica, un sistema de pagos instantáneos debe ser gratuito para el usuario y contar con la mayor cobertura posible de entidades (idealmente, 100% de los bancos y fintech relevantes). En Colombia, el Banco de la República permitió que el servicio será gratuito para los usuarios al menos durante los primeros tres años de operación. 

Esta iniciativa alinea a Bre-B con la receta de Pix: costo cero al cliente final, al menos en su etapa de arranque, para incentivar su uso masivo. La expectativa es que eventualmente se haga tan indispensable que los bancos lo asuman como un servicio básico.

  • Experiencia de usuario sencilla y estandarizada: Pix demostró que la usabilidad es vital. La posibilidad de pagar con solo conocer el celular o clave del destinatario, la confirmación instantánea de la transacción y la disponibilidad 24/7 desde la app bancaria elevó la experiencia del usuario a un nivel superior frente a las transferencias tradicionales (que requerían códigos bancarios, esperas hasta horario hábil, etc.). Brasil estandarizó la interfaz básica de Pix en todas las entidades, de modo que enviar un pago luce y siente similar sin importar qué banco o fintech uses. Esto generó confianza y redujo el aprendizaje: cualquier persona podía adoptarlo rápidamente. 

Bre-B ya define que la experiencia será homogénea en todas las aplicaciones financieras, usando “Llaves” fáciles (número de celular, cédula, e-mail) en vez de números de cuenta complejos. Asimismo, integrar pagos con código QR interoperable será clave para que el sistema no solo sirva para transferencias entre personas sino también para compras en comercios o negocios.

  • Seguridad y mitigación de fraudes: Un área donde ha Pix dejado importantes lecciones fue la seguridad. Si bien la infraestructura tecnológica de Pix ha sido robusta, su enorme éxito atrajo la atención de estafadores y delincuentes.

Entre 2023 y 2024 Brasil enfrentó casos de fraudes vinculados a Pix, desde phishing hasta delitos más sofisticados. En julio de 2025 ocurrió el mayor ataque en la historia de Pix: delincuentes explotaron una vulnerabilidad en el software de un proveedor externo y credenciales comprometidas para desviar fondos, logrando robar alrededor de $148 millones de dólares antes de ser detectados. 

Este incidente mostró la importancia de tener participantes asociados que sean seguros. Este ataque no fue una falla del núcleo de Pix en sí, sino de un participante, pero el impacto afectó a todo el sistema. 

La lección para Bre-B y otros sistemas es tomar medidas proactivas de seguridad desde el diseño. Colombia ha estudiado el caso Pix y expertos recomiendan adoptar una estrategia de “defensa en profundidad”: autenticación multifactor robusta, cifrado de extremo a extremo, monitoreo en tiempo real de transacciones con inteligencia artificial para detección de fraude, y gestión estricta de riesgos de terceros. Soluciones como las de Cobre, que integran estos principios desde su arquitectura API-first, demuestran cómo es posible combinar innovación en pagos con altos estándares de seguridad desde el núcleo del producto.

El Banco de la República, por su parte, lanzó campañas de educación al usuario antes de la puesta en marcha de Bre-B, enfatizando consejos de seguridad: no responder mensajes sospechosos, registrar las llaves solo por canales oficiales, saber que Bre-B no tiene app propia ni pide datos por redes sociales, etc. 

La confianza es el pilar de cualquier sistema de pagos. Como señala Gabriel Lasso, Chief of Cibersecurity de Cobre “la seguridad no es un diferencial, es un requisito para competir”. En este contexto, plataformas como Cobre que integran control transaccional en tiempo real, cumplimiento normativo desde el diseño (compliance by design) y una arquitectura robusta en seguridad, permiten mantener el equilibrio entre agilidad operativa e integridad transaccional. Solo así se construye una infraestructura confiable y sostenible para escalar pagos con garantías.

En resumen, Pix enseñó que el éxito de un esquema de pagos inmediatos no depende solo de la tecnología, sino de decisiones estratégicas: construir la infraestructura adecuada, impulsar la participación masiva con regulación, centrar el diseño en el usuario y blindar el sistema frente a amenazas. Estas lecciones están guiando la implementación de Bre-B en Colombia, que abiertamente se inspira en el modelo brasileño.

Bre-B y el surgimiento del Sistema de Pagos de Bajo Valor Inmediatos (SPBVI) de Colombia

El impacto de Pix cruzó fronteras y sirvió de inspiración para Colombia. El Banco de la República llevaba años estudiando cómo modernizar los pagos de bajo valor, y la experiencia brasileña ayudó a Bre-B (conocido coloquialmente como el “Pix colombiano”) es la nueva infraestructura de pagos inmediatos interoperables que Colombia ha desarrollado tomando como referencia a Pix. De hecho, autoridades y medios locales no han dudado en llamarlo “el Pix colombiano”, y no es para menos: Bre-B busca emular el éxito brasileño adaptándolo a la realidad colombianapaymentscmi.com.

Bre-B es esencialmente la marca comercial del servicio, mientras que técnicamente el proyecto es el Sistema de Pagos Inmediatos e Interoperables de Colombia, al que algunos se refieren por las siglas PIC (Pagos Instantáneos de Colombia). El Banco de la República reveló el nombre “Bre-B” en agosto de 2024, junto con un logo representando una letra B transformándose en flecha – simbolizando velocidad y movimientobanrep.gov.co. Desde entonces se han venido ultimando los detalles regulatorios y tecnológicos para su puesta en marcha en 2025.

El objetivo central de Bre-B es permitir transferencias inmediatas entre distintas entidades financieras las 24 horas, todos los días, sin importar si el origen y destino son bancos, neobancos o billeteras digitales. Actualmente en Colombia el pago electrónico entre diferentes bancos suele tardar horas o hasta un día (vía ACH en horarios limitados), lo que ha desincentivado su uso frente al efectivo. Cerca del 70% de las transacciones en el país se realizan en efectivoblog.bancolombia.com, un porcentaje altísimo que el Banco de la República quiere reducir. “Era necesario tener un sistema de pagos fácil, rápido e inmediato para fomentar la inclusión financiera en Colombia”, explicó el Banco en la presentación de Bre-Bblog.bancolombia.com. En otras palabras, Bre-B nace para ser el “game-changer” que lleve a Colombia del efectivo a lo digital, similar a lo logrado por Pix en Brasil.

La implementación de Bre-B ha sido cuidadosamente planificada. A diferencia de Brasil, donde Pix se construyó desde cero, en Colombia ya existían redes de pagos rápidas parciales (pero no universales) como Transfiya – un servicio de ACH Colombia que algunas entidades ofrecen para transferencias casi inmediatas vía número de celular – y EntreCuenta de la red Redeban, entre otras. Bre-B viene a conectar estas múltiples redes existentes en una sola plataforma central. El gerente general del Banco de la República, Leonardo Villar, destacó que la “diferencia clave es que, en lugar de desarrollarse desde cero como Pix, Bre-B conectará múltiples redes ya existentes”, uniendo el ecosistema disperso bajo un estándar comúnyoutube.com. En la práctica, Bre-B funciona como una capa de interoperabilidad: integra a bancos grandes, bancos pequeños, cooperativas, fintech con billeteras electrónicas (Nequi, Daviplata, etc.), sistemas de pago minorista y el propio ACH tradicional. Todos ellos podrán enrutar sus transacciones inmediatas a través de la infraestructura unificada de Bre-B.

Esta infraestructura tiene dos componentes principales muy similares a Pixblog.bancolombia.com:

  1. Módulo u operador de liquidación en tiempo real – administrado por el Banco de la República – que compensará los pagos entre entidades de forma instantánea (equivalente al SPI brasileño). Aquí es donde “pasa la magia” de mover el dinero de una cuenta en un banco A a otra cuenta en banco B en segundos, con la garantía de los bancos centrales.

  2. Directorio central de alias o “Llaves” – una base de datos unificada (DICE, por sus siglas) que asociará identificadores fáciles con las cuentas. Igual que las chaves Pix, en Bre-B los usuarios podrán registrar como llave su número de celular, su cédula de ciudadanía, su correo electrónico o incluso un alias alfanumérico personalizadoblog.bancolombia.comblog.bancolombia.com. Cada llave es única y apunta a una cuenta bancaria o depósito electrónico. Así, para hacer un pago, basta con saber la llave del destinatario (por ejemplo su teléfono) en vez de pedir banco, tipo, número de cuenta y cédula como en las transferencias antiguas. Esto hará las transferencias muchísimo más sencillas y reduce errores.

El proyecto Bre-B ha involucrado a más de 250 actores del ecosistema financiero colombiano, incluyendo bancos, fintech, redes como Credibanco/Redeban, procesadores, etc., en su fase de preparación. Entre 2022 y 2023 se trabajó en la reglamentación, en adecuar sistemas y en pruebas piloto. Para mediados de 2025 ya estaban listas las reglas de juego para la entrada de Bre-B.

La implementación por fases inició en julio de 2025, cuando los colombianos pudieron empezar a registrar sus “Llaves” Bre-B en sus respectivas entidades financieras. Durante julio y agosto, miles de usuarios vincularon su celular o ID como llave a sus cuentas a través de las apps de sus bancos. Este registro anticipado buscó poblar el directorio central (DICE) y familiarizar al público. Luego, según anunció el Banco de la República, en la segunda semana de octubre a través de Bre-B para todos los usuarios. El 9 de octubre Colombia entrará oficialmente a la era de los pagos instantáneos interoperables.

Cabe destacar que Bre-B no es una aplicación independiente que el usuario deba descargar. Más bien, será una funcionalidad integrada en las aplicaciones móviles y web de cada banco o entidad participante. Por ejemplo, en la app de Bancolombia, Davivienda, Nequi, etc., aparecerá la zona Bre-B, donde el usuario hará el proceso de pago a la llave del destinatario y el monto, y en segundos se hará efectivo el pago incluso si el destinatario es de otra entidad. Esta experiencia será prácticamente igual sin importar la institución, cumpliendo el principio de estandarización.

En cuanto a costos, como mencionamos, se decidió que inicialmente no haya cobros para los usuarios por usar Bre-B. El Banco de la República subsidiará la operativa al comienzo y, en caso de que a futuro se permitan tarifas, estarán reguladas para que no desincentiven el uso. La filosofía es replicar el éxito brasileño donde el usuario final no paga nada adicional por usar Pix.

Bre-B ha sido presentado como parte de la estrategia de modernización financiera de Colombia. Leonardo Villar, Gerente General del Banco de la República señaló a BIS que la introducción de Bre-B representa un impulso significativo a los esfuerzos de digitalizar los pagos y servicios financieros, estableciendo las bases para innovaciones continuas en la infraestructura transaccional, a la vez que promueve la inclusión financiera, la competitividad económica y la satisfacción de los usuarios. 

En términos simples, Bre-B permitirá que sin importar en qué entidad tengas tu plata, puedas mover tu dinero en segundos. Los colombianos podrán dividir cuentas, pagarle al plomero, enviar dinero a familiares o cobrar ventas al instante, sin preocuparse de si el otro tiene el mismo banco o si es fin de semana. Esa promesa de agilidad y conveniencia ha generado mucha expectativa en el público general y en los negocios.

¿Qué se puede esperar de Bre-B a partir de la experiencia de Pix?

Con el lanzamiento de Bre-B  en Colombia, las expectativas son altas y están fundamentadas en lo aprendido de Pix Brasil. Si las cosas marchan según lo planeado, podemos anticipar varios resultados y tendencias:

  • Adopción rápida y amplia: Es de esperar que millones de colombianos adopten el pago instantáneo en poco tiempo, especialmente si las entidades promueven activamente su uso. Pix tardó apenas 6 meses en ser usado por la mitad de la población bancaria de Brasil, y hoy supera 90% de adopción. En Colombia, donde más del 85% de adultos ya tiene al menos un producto financiero (incluyendo billeteras digitales), Bre-B podría alcanzar una masa crítica en su primer año. 

La clave estará en la facilidad de uso y la confianza: si enviar dinero por Bre-B resulta tan sencillo como enviar un mensaje por WhatsApp, su uso se volverá cotidiano rápidamente. La gratuidad inicial eliminará objeciones, y se espera que muchos usuarios jóvenes familiarizados con pagos móviles (por ejemplo los usuarios de Nequi/Daviplata) sean early adopters y se sumen a Bre-B. 

También está ocurriendo una fuerte campaña educativa del Banco de la República y las entidades, similar a la que hizo el BCB con Pix, para dar a conocer las ventajas.

  • Reducción del uso de efectivo: Siguiendo el ejemplo brasileño, Colombia podría ver un descenso notable en la utilización de efectivo en los próximos años. Actualmente el efectivo domina aproximadamente el 33% de los pagos en comercios físicos en Colombia en 2024, mientras que métodos cuenta-a-cuenta (A2A) representan menos del 1%. 

Worldpay proyectaba que gracias a Bre-B y otras innovaciones, la cuota de efectivo en Colombia podría bajar a 17% hacia 2030. Con Bre-B operando, muchos pagos pequeños que hoy se hacen en efectivo (darle dinero al domiciliario, pagar el mercado en tiendas de barrio, etc.) podrán migrar a digital si se masifica el uso de códigos QR interoperables y llaves.

Incluso el Gobierno podría aprovechar Bre-B para dispersar subsidios o pagos de nómina al instante, reduciendo la necesidad de efectivo. 

En Brasil, ya en 2022 Pix había desplazado buena parte del circulante: para 2024, el efectivo solo representaba 17% de las ventas en puntos de venta en Brasil, cuando en 2014 era 68%, un cambio dramático atribuido a Pix. Hace sentido esperar una reducción similar del uso del efectivo en Colombia a mediano plazo. Esto traería beneficios como mayor formalización, menores costos de manejo de efectivo y más seguridad. En palabras de Bloomberg, “Colombia declara la guerra al efectivo con Bre-B”, apuntando a que el banco central busca replicar la disminución del efectivo que logró Brasil.

  • Aumento de la inclusión financiera: Bre-B puede ser una palanca importante para bancarizar y vincular a población actualmente al margen. En Colombia aún hay regiones y sectores con alta informalidad y gente sin cuentas bancarias (o con cuentas poco usadas). La posibilidad de pagos móviles inmediatos puede incentivar la apertura de cuentas básicas o el uso de monederos electrónicos por parte de quienes antes no veían utilidad en tener una cuenta. 

Por ejemplo, pequeños comercios que operaban solo en efectivo ahora tendrían un motivo para manejar pagos digitales y así atraer clientes que prefieren no usar efectivo. Bre-B también permitirá la interoperabilidad con depósitos de bajo monto (conocidas como billeteras), así que personas que quizá desconfían de la banca tradicional pero usan billeteras podrán integrarse al sistema de pagos nacional. 

Al facilitar transacciones de bajo valor sin costo, Bre-B reducirá barreras para el uso de servicios financieros en estratos bajos. 

  • Competitividad e innovación fintech: Así como Pix empoderó a fintechs en Brasil (pensemos en Nubank, Mercado Pago, PicPay, etc., que capitalizaron el nuevo sistema para ofrecer servicios innovadores), en Colombia Bre-B puede dinamizar el ecosistema fintech. 

Al ser una plataforma abierta a múltiples participantes, habilitará que fintech locales, como Cobre, ofrezcan experiencias de pago novedosas encima de Bre-B. Por ejemplo, servicios de pagos en tiempo real, créditos de aprobación rápida con desembolso inmediato, funcionalidades de solicitud de pagos o soluciones para negocios más ágiles. De hecho, Bre-B está integrado con la agenda de Open Finance que promueve el gobierno, lo que significa que la posibilidad de compartir de datos vía APIs podría combinarse con pagos instantáneos para productos financieros más personalizados. 

Esto aumenta la competitividad: las entidades incumbentes deberán innovar en su oferta (UX, valor agregado) ya que todas tendrán la misma capacidad de transferir rápido. Así mismo, nuevos modelos de negocio podrán surgir, por ejemplo: agregadores de pagos para PyMES que usen Bre-B en lugar de redes de tarjetas (ahorrándoles comisiones), aplicaciones de pagos internacionales integrando Bre-B para remesas (con posibles convenios para interoperabilidad transfronteriza en un futuro), entre otros. 

Cobre, como fintech colombianas ve a Bre-B como una base sobre la cual construir soluciones creativas, lo cual es una gran noticia para el sector. El ecosistema fintech colombiano ya es robusto (casi 400 startups fintech para 2025), y con Bre-B tendrán más herramientas para crecer.

  • Desafíos y manejo de riesgos: No todo será automático; existen retos para que el sistema colombiano alcance su máximo potencial. Uno es lograr que todas las entidades se sumen. Actualmente, la adhesión a Bre-B si bien es amplia, no es legalmente obligatoria para cada institución financiera. Se espera que la presión competitiva haga que ninguna entidad se quede fuera (pues sería como no ofrecer transferencias ACH hoy día), pero habrá que vigilar que cooperativas pequeñas u otros jugadores no queden rezagados. 

Otro desafío es la educación al usuario: muchos colombianos podrían seguir temiendo usar canales digitales por fraudes. Será fundamental mantener campañas de pedagogía y soporte, y reaccionar rápidamente ante incidentes para aumentarla confianza en Bre-B y los sistemas de pagos digitales. 

Asimismo, las autoridades deberán afinar la regulación sobre eventuales tarifas después del periodo gratuito, para que no desincentiven el uso, idealmente manteniendo un esquema de costos bajos financiado quizás por ahorros en eficiencia que Bre-B traerá al sistema (como menos manejo de efectivo, etc.). 

En seguridad, como ya apuntamos, es imperativo invertir en sistemas antifraude robustos desde el inicio. La cooperación entre bancos, Superintendencia Financiera y autoridades será vital para monitorear transacciones sospechosas y compartir información de amenazas. Si Colombia consigue navegar estos retos tomando en cuenta la experiencia brasileña, Bre-B podrá consolidarse sin contratiempos mayores.

En conclusión, Colombia está a las puertas de una transformación en pagos digitales inspirada por Pix. Las expectativas son que el “Pix colombiano” logre resultados igualmente positivos como su referente brasileño: pagos instantáneos al alcance de todos, un desplazamiento gradual del efectivo, mayor inclusión financiera y una oleada de innovación en servicios financieros. El Banco de la República y el ecosistema local han hecho la tarea preparatoria, aprendiendo de los aciertos y obstáculos que tuvo Brasil. 

Si se cumplen esas promesas, en poco tiempo frases como “te hago un Bre-B” podrían volverse tan comunes en Colombia como “te hago un Pix” lo es hoy en Brasil, marcando un antes y un después en la forma en que movemos el dinero.

Escrito por:
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